Categories
Lloyd

2011, Año de los Bosques

Bosque de Qilania

Según la ONU, 2011 es el Año Internacional de los Bosques. Todo el mundo sabe que los bosques cubren la tercera parte la superficie terráquea, que son el pulmón de la Tierra y están siendo maltratados por el ser humano, así que no vamos a entrar ahí.

Hace poco leía un extenso informe de la Junta Consultiva de Montes española, del año 1855, el primero de ese tipo en España. En aquellos tiempos existía una urgencia en aquel país —maltratado por las guerras— de conseguir capital a costa de lo que fuera para amortizar la deuda pública. En este caso, a través de la Desamortización (que no fue sólo religiosa, sino también de terrenos públicos).

Había, como siempre en este tipo de asuntos, dos opiniones: la primera, conseguir dinero a toda costa. Vender, comprar, hacer dinero rápido de cualquier manera. Y la segunda, lo mismo, pero tratando de proteger el bien común y hacer las cosas “con cabeza”. Aquí entraba el informe del entonces Director General de Agricultura, Industria y Comercio, José Caveda, también académico de la RAE durante treinta años (y otros cargos). Él, su equipo y todos los trabajos disponibles en ese momento de otras personas estudiosas de los “montes”.

Me llamó la atención que se quejase, en un momento dado, de que sus ancestros hubiesen maltratado los “montes”. Hoy en día también es común echarle la culpa a los de antes. Pero lo cierto es que hoy, aun teniendo leyes (en algunos pocos países) que protegen el medio, el daño que se hace es mucho mayor. Será por los avances tecnológicos: está claro que ahora mismo se puede talar un bosque entero en un par de días o tirar un petardazo y matar a diez millones de personas. El caso es que los herederos lo estamos haciendo mucho peor. Nuestras herramientas son más dañinas y nuestras leyes no bastan para proteger los bosques.

Entre los factores beneficiosos de los “montes” que se mencionan en ese informe, están:

  • Preservación de modos de vida y mantenimiento del hábitat útil para el ser humano y otras especies.
  • Control de los rigores climáticos de diversos tipos (especialmente temperaturas, vientos, lluvias y sus efectos secundarios, como los depósitos subterráneos de agua, etc.).
  • Prevención de la desertización y la esterilización de los terrenos.

Fagus sylvatica, bosque de frondosas en la Reserva del Saja, Cantabria

“El sencillo labrador”, dice el informe, “el sabio, el hombre de Estado, todo el mundo clama por la urgente necesidad de recrear los climas alterados por la imprevisión de nuestros mayores”.

Después de 156 años, unos por otros, la casa sigue sin barrer. Pero, por fortuna, ahora los informes son más abundantes y llegan a todas partes. No se quedan en el gabinete del ministro. Son para sabios y para sencillos labradores. Sólo nos hace falta un empujón para poder utilizar nuestras sofisticadas herramientas para salvar y salvarnos, en lugar de hacer todo lo contrario.

Desde Qilania deseamos que, al menos para los Bosques, este año 2011 sea ese pequeño empujón.