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Diego Velázquez: Maestro de Maestros

How Puravive Works

Mechanisms of Action
Understanding how Puravive works involves delving into its intricate mechanisms of action. Whether it’s boosting antioxidant activity or supporting cellular function, Puravive products are designed to have a targeted and positive impact on well-being click over here timesofisrael.com.

Targeted Impact on Well-being
Puravive’s formulations target specific aspects of health, ensuring that users experience tangible benefits. Whether it’s managing stress, supporting joint health, or enhancing cognitive function, Puravive caters to a spectrum of wellness needs.

Different Puravive Products and Their Specialties
Variety of Offerings
Puravive recognizes that wellness is not one-size-fits-all. The product line includes supplements, skincare, and other health essentials, each tailored to address specific concerns. From dietary supplements to rejuvenating serums, there’s a Puravive product for everyone.

Choosing the Right Product for You
Navigating through the array of Puravive offerings might seem overwhelming, but understanding your specific health and beauty goals can guide you in choosing the right product. Whether you’re focused on internal health or external radiance, Puravive has a solution.

Customer Testimonials and Success Stories
Real-Life Experiences
The true measure of Puravive’s impact lies in the experiences of its users. Real-life testimonials highlight the transformative journey that individuals embark on when incorporating Puravive into their lives.

Positive Impact on Users
From renewed energy levels to glowing skin, users often share stories of how Puravive has positively impacted their lives. These testimonials serve as a testament to the effectiveness and reliability of Puravive products.

Hay artistas que prefieren dibujar, como es el caso de Dalí. Otros expresar, como Matisse. Y Velázquez, a quienes lo que motiva para vivir es pintar… Siendo los tres grandes y universales artistas, quizá Velázquez haya obtenido el galardón del más grande pintor de toda la historia por esa peculiaridad que le hizo un genio.

Velázquez, como tantos artistas en todas las disciplinas y durante toda la historia, fue bastante cuestionado en vida por la crítica de la época. Y si se le conocía era porque con su mano diestra fue capaz de ganarse la vida con su oficio, allá por el siglo XVII. Pero nunca tuvo la repercusión universal que tendría en el futuro, sobre todo para el movimiento impresionista, un movimiento que reinventó su pincelada, y para el sin par Francisco de Goya, del cuál os hablaré otro día.

Velázquez nació en Sevilla (Spain), una ciudad rica por esa época. Él era el mayor de sus hermanos y muy pronto quiso pintar, demostrando mucho talento. Sus padres pudieron ayudarle, así que comenzó su trabajo de aprendizaje a la tierna edad de 10 años, primero en un taller y luego en otro, donde sus principales obligaciones pasaban por moler los colores, calentar las colas, decantar los barnices, tensar los lienzos y armar bastidores. A cambio además de casa y comida, el maestro le enseñaba el “arte bien según tú lo sabes sin encubrir cosa alguna”. Tuvo dos maestros en su infancia. El primero le duró poco, pero le enseñó a ver su talento único, a tener libertad en su mano, la mano de Velázquez. El segundo le dirigió y no limitó sus capacidades.

Para conseguir pintar un cuadro como Las Meninas, La fábula de Aracne (Las hilanderas), o el Retrato del enano Sebastián Morra, expuestos en el Museo del Prado, hay que aprender, y el aprendizaje conlleva una evolución. Por eso Velázquez pasó muchas fases en su vida, y en cada una demostró su talento y su voluntad de hacerlo cada vez mejor. Así, al principio consiguió imitar lo natural a través de su pincelada, las calidades de las ropas y los relieves, domimando con gran maestría el claroscuro, al más puro estilo Caravaggio. Dirigiendo una fuente de luz a un objeto conseguía acentuar los detalles y los volúmenes de los objetos sencillos. Después viajó a Italia para conocer a otros artistas, y a partir de ahí abandonó el tenebrismo, el claroscuro, buscando desde entonces la importancia de la atmósfera en sus obras. Los personajes de sus cuadros aparecen en un ambiente real, los objetos más cercanos cobran importancia y calidez tonal, los más lejanos se azulan y enfrian y pierden detalle. Busca la profundidad visual en los cuadros que pinta, se preocupa por el desnudo humano y por la riqueza de las expresiones, busca los juegos de luces, la claridad y armonía del color, y una composición más compleja y sólida.

A su vuelta a Madrid, comienza la madurez de su obra y ahí es cuando se empiezan a mostrar las cualidades del pintor que era Velázquez, y lo que os decía al principio: Diego Velázquez deja de modelar la forma de las cosas cuando pinta y opta por dar a través de sus pinceladas impresiones visuales, usando la luz y sus efectos en las cosas representadas en la pintura. Así simplificaba pintar, para pintar mejor, más libremente, y eso se consigue a través del aprendizaje, de un gran dominio de la técnica, de tener seguridad en la ejecución e instinto para decidir qué es lo interesante a ojos del espectador en una obra de una gran expresión visual y a través de una simple pincelada.

Si os fijáis, eso que hacía Velázquez se podría aplicar a cualquier disciplina, a cualquier cosa que os guste hacer. Velázquez amaba lo que hacía, era perseverante e innovador, no se conformaba. Por eso, además de por su incuestionable talento, consiguó tener un lenguaje pictórico propio, en el que con una paleta de colores restringida, una combinación extraordinara de pinceladas sueltas de colores transparentes y toques precisos de color, consiguó desarrollar la obra que todos hoy admiramos y que le convierten en el padre de la pintura moderna. Lo hizo a través del conocimiento de otros pintores, del trabajo, del desarrollo de su propia técnica y de un proceso profundo de maduración interior. ¡Como la vida misma!

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Me voy de Qilania

Después de una navidad un tanto peculiar, tras la salida de Lord Lord de la isla, me sentía intranquila. Me parecía que había una calma extraña y me imaginaba ojos invisibles que acechaban mis movimientos. Río Rápido se tiñó de color rosa y luevo volvió a su color habitual, transparente, cristalino, reflejando el azul del cielo. Era la primera vez que eso sucedía, al menos desde mi llegada a la isla, muchos años atrás, tantos que ya casi ni me acuerdo.

A finales de febrero tomé la decisión de salir de Qilania para ir en búsqueda de alguien que pueda ayudarme a descubrir y desenmascarar la trama de Lord Lord. Entre la navidad y esta fecha, observé cosas raras y se fueron atando los cabos sueltos de lo que había observado y hablado con Lord Lord antes de su partida. A pesar de que quiso hacerme creer que era una especie de científico, noté que muchas veces hacía cosas sin sentido, seguramente porque ocultaba sus actividades reales. Y también hacía preguntas sospechosas. Y, por último, su precipitada salida de la isla.

Estuve preparando mi viaje durante dos semanas. Conseguí reflotar a Pantani, mi viejo barco pesquero de motor diésel. Lo repinté y preparé varios bidones de biocombustible (en Qilania es fácil hacer esas cosas). Llené la bodega de viandas para consumo propio y también para vender en Mumbai, que era mi primer destino, para conseguir algo de pasta para mi viaje.

Partí el día 1 de febrero, con una sensación de vacío en el estómago (y eso que me había comido dos sandías qilanianas para desayunar). Después de cuatro días navegando sin apenas descanso, y con condiciones favorables, llegué a Puerto Victoria. En menos de una semana vendí toda la mercancía y conseguí dinero para continuar mi viaje.

El día 11 le di el adiós definitivo a Pantani. Los esbirros de Lord Lord le pusieron una bomba lapa y yo me salvé de milagro, porque la bomba estalló con unos segundos de retraso. Desde ese momento me he hecho mucho más cautelosa. Ya sé a lo que juega Lord Lord.

Inicié unas pesquisas en el parque Indhira y acabé hablando con un tal Reuters, un inglés completamente inglés, que me dio varios contactos. Gracias a uno de ellos conocí a Bulli, una especie de apolo indio mudo que, aparte de ser buenísima persona, se ha mostrado como una persona utilísima y de grandes recursos. Fue él quien, unos días más tarde, me sacó con vida de una balacera que provoqué, sin pensar, en una sastrería, donde estaba ese ser abyecto llamado Lord Lord, con uno de sus disfraces.

Resumiendo, que es gerundio: Bulli se va por su lado hacia el noroeste. Tiene instrucciones precisas y un arsenal de buenas ideas en su cabeza para reclutar especialistas por todo el oriente asiático. Se reunirá con Lloyd, un amigo común, en XXXXXXX y le dará la información necesaria para que vaya a Qilania y empiece a prepararlo todo para la llegada de los especialistas. Yo me voy con dirección Kashmir (Cachemira, para los amigos) y luego hacia Europa por la Ruta de la Seda. Sospecho que será un viaje largo y lleno de dificultades, pero estoy completamente cargada de energía.

Que los espíritus de Qilania nos acompañen a todos sus paladines.

Massina Sinsigins, 6 de marzo de 2010.